Qué ha pasado con el monstruo de Iztapalapa

Hace 18 años, Jorge Antonio Iniestra Salas, mejor popular como “el monstruo de Iztapalapa”, inventó una historia de terror y fue sentenciado a 241 años de prisión por 2 cargos de homicidio doloso, secuestro y crueldad intrafamiliar, explotación laboral y a su abrumador desequilibrio mental Corrupción de inferiores.

A lo largo de tres años, Clara Tapia Herrera fue acusada por las autoridades capitalinas, los medios y la sociedad generalmente de ser una «mala madre» y de «no resguardar a sus tres hijos del castigo» que padeció. expuesto. No obstante, un veredicto judicial al final determinó que no era culpable, sino de todos modos era una víctima de crueldad doméstica. Pasaron 36 meses antes que el presidente de la Salón 64 de la Suprema Corte de Justicia del Distrito Federal, Casiano Carlos Morales García, el pasado viernes 3 de octubre emitiese una sentencia absolutoria en pos de Clara, quien fue presa en 2011 por la Procuraduría General de Justicia Federal. Distrito Federal (PGJDF) por presuntamente aceptar y condonar siete años de crueldad contra sus tres hijos. (Cimacnoticias, 26 de abril de 2013) Clara fue encausada en un inicio en prisión por los delitos de secuestro, homicidio a familiares, agresión agravada a familiares, corrupción de inferiores, trata en el contexto de explotación laboral de inferiores y crueldad intrafamiliar contra sus hijos Rebeca y Gabriela y Ricardo , entonces inferiores. En la madrugada del sábado 4 de octubre acabó la detención de la mujer acusada de ser cómplice de Jorge Iniestra Salas, popular como “El Monstruo de Iztapalapa” y acusada de secuestro el 3 de octubre fue sentenciada a 241 años de prisión y violación. Gabriela y Rebeca fueron abusadas sexualmente, a esta última la asesinó en 2009 al lado de su pequeña hija producto de una violación. LOCKDOWN Tras su salida de prisión, Clara charló con Cimacnoticias. Ha dicho sin euforia pero con énfasis: “La independencia siempre y en todo momento estuvo en mi cabeza.” Tapia Herrera recordó ser engañada por la PGJDF el 6 de septiembre de 2011 y después pasó tres largos años en prisión; primero en el penal de Santa Martha Acatitla y después en Tepepan. Con descaro aseveró: «Entendería completamente a una mujer que sufrió crueldad. Mediante la resistencia y con el apoyo de terapias sicológicas, Clara está superando lo que ha vivido desde 2004, en el momento en que conoció a Iniestra Salas, quien se realizó pasar por una contadora que deseaba ella pero meses después se transformó en el sujeto que la explotaba en determinada medida. La forzaba a trabajar jornadas extenuantes, privándolo de sus capital, negándole alimentos y todo contacto con su familia. Exactamente el mismo hombre fue quien raptó y violó a Gabriela y Rebeca a lo largo de siete y 4 años respectivamente, y asimismo fue responsable del abuso y explotación laboral de Ricardo. Si bien Clara fue quien denunció al atacante de sus hijas y su hijo, la PGJDF la acusó de ser su cómplice, si bien la única prueba de su responsabilidad -una declaración de su hija Gabriela de ella- se halló después de que ella se retirara. La agencia persistió en culpar a Clara, aun una vez que la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal emitiese una recomendación en el mes de marzo de 2012 de que la mujer fuera expuesta a los medios con engaño y sin una orden judicial, y más allá de que la Suprema Corte del Distrito Federal falló en pos de Clara acusar a DF dio a la mujer el estatus de víctima. Pasaron tres años antes que el juez emitiese una sentencia absolutoria, aseverando que se encontraba doblegada y también inútil de contestar apropiadamente a la situación, transformándola en una víctima. Sobre esto, Clara comentó: «Las autoridades niegan, o no tienen visión, o la tienen, o no sé qué les pasa. Estoy confundida: ponen instituciones para asistir». mujeres, y si una mujer solicita asistencia, no le creen. «Dentro de lo posible, señora», dicen. Ella lo sabe bien por el hecho de que en 2011, en el momento en que se armó de valor para denunciar la crueldad que padecía, pasó tres meses pidiendo asiste para conjuntos civiles y autoridades, pero adondequiera que iba era clausurada por los gobernantes diciéndole que no podía No hagas nada. nada o sencillamente no escucharon. Aun hubo quienes la acusaron de no haberlos denunciado antes. De esta forma la prosiguió en el momento en que tocó a las puertas del Centro de Atención Integral a la Mujer “Juana de Asbaje” -ligado del Centro de la Mujer de la Localidad de México-; la Fiscalía Experta en Delitos Violentos contra la Mujer y Trata de Personas (Fevimtra) – la PGR – y el Centro de Acompañamiento Terapéutico a Víctimas de Delitos Sexuales (CTA) de la PGJDF. VEREDICTO En contraste al 6 de septiembre de 2011, en el momento en que Clara fue arrollada por la prensa y las cámaras de televisión que cubrían su detención, el pasado viernes durante la noche estaba tras las rejas acompañada únicamente por su familia, sus abogados y defensores de derechos humanos y no fue interrogada por ningún notero. Con el acompañamiento de pertenecientes de la Asociación Nacional de Abogados Demócratas (ANAD), encabezada por Karla Micheel Salas, Miriam Pascual y David Peña Rodríguez, Clara consiguió su independencia y en este momento espera la resolución de la PGJDF, que debe elegir si está satisfecha o no con los elementos. contra el veredicto. Si este veredicto fue un final victorioso para la familia y los abogados, es el comienzo de una pelea mucho más dificultosa para Clara. En este momento es libre, pero su mayor desafío es forjar una relación con sus hijos, exactamente la misma que la rompió a lo largo de prácticamente una década desde el instante en que Iniestra Salas los forzó a dejar de llamarla madre. Mientras que pelea por recobrar a su familia, aún le treme la mano: «Quizás jamás vuelva a ser totalmente feliz». ella sabe que muchas autoridades vacilaron de su inocencia. Pero asimismo admite que su caso ha liberado la indignación en todo el mundo, con lo que en vísperas del fallo del 3 de octubre murió la exintegrante del Comité para la Supresión de Todas y cada una de las Maneras de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus iniciales en inglés). Soledad Murillo de la Vega y la directiva del programa Mujer, Justicia y Género del Centro Latinoamericano para la Prevención del Delito y el Régimen del Criminal de las ONU, Roxana Arroyo, solicitaron un veredicto con visión de género sobre Clara. Las dos mujeres, adjuntado con la jueza de la Corte Interamericana de Derechos Humanos María Eugenia Solís; la letrada en todo el mundo Alda Facio; La antropóloga Julia Monárrez y Regla Andrade, creadora de la organización chihuahuense Nuestras Hijas de Regreso a Casa, propagaron una carta expresando su acompañamiento a Clara y también pidiendo al letrado capitalino, Rodolfo Ríos Garza, a no apelar la resolución de apelar de ser absuelto. Con todo este acompañamiento a lo largo de los tres años de prisión, Clara atravesó un largo desarrollo de reflexión en el que se reconoció víctima de crueldad de género, lo que en este momento la transporta a cuestionar la actuación de las autoridades que juzgan según estereotipos sexistas. . Ese organismo al final se liberó y ha dicho: «Que mi caso asista a las autoridades a tener mucho más visión y respaldar a las mujeres, tener mucho más tácticas a fin de que verdaderamente logren asistirlas pues absolutamente nadie sabe ni puede imaginar lo que significa estar en crueldad». vivir. En ocasiones varios no están vivos.” para reportar sobre esto. 14/AGM/RMB

¿Por qué razón el monstruo de Atizapán?

Tras la detención del llamado monstruo de Atizapán, fiscales mexicanos allanaron la vivienda del sospechoso en la colonia Lomas de San Miguel, donde hallaron los restos de la víctima.

Asimismo se hallaron restos óseos, tal como cédulas de elector y distintas prendas de vestir, zapatos y bolsos de mujer, aparte de otras patentizas como cuadernos con múltiples nombres, videocasetes y maquillaje.

¿»El Monstruo» y el Sacrificio?

Clara Tapia cuenta su versión de la historia en una rueda de prensa irregular donde, frente a las cuestiones bloqueadas de los cronistas, los internos argumentan sin límite de tiempo: “Conocí a este género que al comienzo era muy amable y mencionó que amaba a mis hijos y que me amaba a mí. «En escaso tiempo reveló realmente lo que es: un maldito».

En el circo de la prensa y la televisión, Claudia solo lloró una vez: «Mi hijo Ricardo y yo comimos la maldita basura. Y se encontraba encerrado en la habitación con mis hijas. Y le tocábamos: ‘Jorge, poseemos apetito’ y no salía jamás.”