como se llama el hijo de un burro Cómo se llama el hijo de un burro

Cómo se llama el hijo de un burro

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Entonces, en esta ovulación (uno de los múltiples ciclos de ovulación) si la mula está cubierta por un caballo, engendrará un potro y si está cubierta por un burro, engendrará un burro.

El mulo o mula es un animal hibrido erial final del cruce entre una yegua y un burro o burra; Los Hinnies resultan del cruce entre un caballo y un asno o asno. Si bien distribuyen ciertos aspectos en común, se distinguen en otros gracias a los diferentes genes según procedan del padre o de la madre.

Si bien el término mula se usó inicialmente para referirse a la descendencia de 2 especies distintas, una mula tiende a ser mucho más grande, mucho más fuerte y mucho más simple de criar que una mula. Los dos tienen cabeza gruesa y corta, orejas largas, extremidades delgadas, pezuñas angostas y pequeñas, melena corta y cola sin pelo en la raíz, pero la mula se semeja mucho más a un caballo por el tamaño y la manera del cuerpo, el cuello. y rabadilla, uniformidad de pelaje y dientes. Durante la historia, la mula se ha empleado como medio de transporte o en la agricultura gracias a su fuerza y ​​resistencia.

Un cuento de México sobre la seguridad en uno mismo: «El Señor, el Niño y el Burro»

«El Señor, el Niño y el Burro», un cuento infantil muy habitual

Un hombre venía por la calle con su hijo, que tenía unos 11 años. Asimismo los acompañaba un burro, que el hombre utilizaba todos y cada uno de los días para conllevar leña. No obstante, en este punto el burro por el momento no debía cargar nada y como el hombre se encontraba cansadísimo, se subió al burro.

Historias que invitan a la reflexión sobre la necesidad de permiso

¿Con qué continuidad fundamenta sus acciones en lo que opínan el resto? El temor al qué afirmarán y el temor a ser criticado o censurado por el resto puede volverse en tu contra y lograr que te mires de forma permanente obligado a realizar lo que aguardan de ti. Esta historia exhibe precisamente de qué forma una necesidad excesiva de aprobación popular puede pasar factura.

Un padre, acompañado de su hijo pequeño y su burro, debía atravesar cada semana la plaza primordial de un pueblo para proceder a trabajar a un pueblo un tanto mucho más distanciado. Un óptimo día, el niño se encontraba montado en el burro y el padre paseaba cerca en el momento en que pasaron por la plaza del pueblo que se encontraba, como siempre, algo llena de vecinos que miraban con curiosidad la escena que se desarrollaba frente sus progenitores. Ojos.

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